Una serie de reveses
Cada día le deparaba a Gavin nuevos contratiempos. Los contratos fracasaban, los compradores se echaban atrás y sus transacciones financieras sufrían retrasos inexplicables. Estos obstáculos, aunque aparentemente aleatorios, estaban meticulosamente planeados. Servían no sólo para entorpecer sus planes, sino para infundirle una sensación de impotencia y frustración. Gavin, que había confiado tanto en su control, se encontró lidiando con una red de complicaciones cada vez más tupida.
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