Expectativas alegres
Cuando descubrieron que esperaban gemelos, su alegría no tuvo límites. Sean, siempre bromista, bromeó sobre la posibilidad de que dos bultos de alegría causaran el doble de problemas, lo que hizo reír a Maggie hasta que se le saltaron las lágrimas. Su risa compartida, testimonio de su inquebrantable vínculo, resonó en las estériles paredes de la clínica, dando vida al inminente nuevo capítulo de sus vidas.
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