A la fuga
Tras esa pregunta, ella continuó su relato: Su marido había visto algo que no debía ver. Algo que podría incriminar al sindicato. Al principio vivían a escondidas en edificios viejos y se movían mucho. Pero de alguna manera la organización seguía encontrándolos. Por eso decidieron pasar a la clandestinidad. “Fue mi marido Tao, quien encontró estos túneles”
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