Movimiento desesperado
“Lo siento. No puedo compartir esos detalles”, dijo el empleado con cara de pena. Emily sintió que su esperanza se desvanecía, pero Cassie no aceptó esa respuesta. Hizo todo lo posible por explicarle la situación, contándole al dependiente su historia e intentando persuadirle para que le diera el nombre de su madre biológica. Fue un movimiento desesperado, pero para su asombro, el empleado anotó un nombre y una dirección. Se trataba de Maddie
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