Hora de irse
Entonces, un pensamiento repentino la devolvió a la realidad. Llegaba tarde a clase A toda prisa, guardó el sobre en el bolsillo delantero de su bolso y se dirigió a la escuela. En su mente se agitaban las posibilidades de lo que había dentro del sobre. No podía dejarlo pasar y empezó a pensar en formas de descubrir lo que había dentro. Pero pronto perdió la esperanza al darse cuenta de que no había manera. ¿O no la había?
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