Chocando
El corazón de Hina dio un vuelco. Estaba tan cerca, pero tan lejos. Sin dudarlo, Hina echó a correr de nuevo mientras gritaba y saludaba al anciano, pero éste no pareció darse cuenta ni oírla. Subió corriendo las escaleras para cruzar al otro andén y se topó con alguien al bajar. “¡Perdone!”, exclamó, queriendo continuar su camino. Pero entonces se dio cuenta de que había chocado con el anciano.
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