De vuelta
El potro evolucionaba bien y ya estaba listo para volver a la naturaleza. Un momento que Robert esperaba con nerviosismo. La pequeña yegua, a la que decidió llamar Luna, iba a reunirse con su madre. Robert esperaba que fueran capaces de encontrarla porque era una zona vasta y muy abierta. Arrancaron el camión y Robert subió al asiento del copiloto.
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