Blanca
Sin madre, al cachorro le costó acostumbrarse a su entorno. Era tímido y gruñía a cualquiera que intentara tocarle. Pero Samuel no se amilanó. Con la paciencia y el amor que había demostrado a la madre del cachorro, poco a poco consiguió ganarse también su corazón. Con el paso de los años, el cachorro, llamado Blanca, fue creciendo.
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