Cubriendo
Un día, Sarah estaba trabajando en un turno inusual porque le pidieron que cubriera a una compañera enferma. Como las dos últimas semanas, prestó mucha atención a todo, pero nada parecía sospechoso. Hasta que, de repente, Sarah recibió una enorme propina de un cliente. Desconcertada, volvió con el cliente, pensando que se había equivocado. Su corazón empezó a latir con fuerza cuando vio a su jefe abandonar la cabina del cliente.
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