“Es para ti”
Tommy, que había estado observando a su madre con ansiedad, recibió de repente el teléfono. “Es para ti”, le dijo Laura, con voz de susurro. Tommy pudo ver la confusión y el desconcierto en sus ojos. Tommy cogió el auricular con el corazón latiéndole con fuerza en el pecho. Un millón de preguntas revoloteaban en su mente mientras se acercaba el teléfono a la oreja.
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