Intrusos invisibles
Pero oyó pasos rápidos que salían de su propiedad, desvaneciéndose en la distancia. Una oleada de adrenalina recorrió sus venas. “¡¿Quiénes sois y qué hacéis en mi propiedad?!” Jane gritó, su voz resonó en el vasto vacío. Su corazón se aceleró, pero se mantuvo firme. La única respuesta fue el silencio y el viento nocturno que soplaba a su alrededor, con un frío extraño.
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