El tañido de las campanas
El tictac del reloj en el silencio del salón era lo único que Jane oía. Justo cuando la noche estaba más oscura y las manecillas del reloj marcaban las cinco, el sonido de las campanas resonó en el silencio. El corazón de Jane dio un vuelco. Se levantó de la silla y su taza de té cayó sobre la mesa. Aguzó el oído y esperó a oír algún otro sonido.
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