Una voz desde atrás
Todavía ardía un fuego en un pequeño pozo y, a través de una abertura que hacía las veces de entrada, podían ver un lecho de ramas de abeto. “Aquí debe de ser donde vive la persona que estamos rastreando”, murmuró Lisa, con la voz apagada en el silencioso bosque. “Pero, ¿dónde están ahora?” Entonces una voz les sobresaltó por detrás: “Hola, siento molestarles” Casi dieron un salto de sorpresa.
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