Perro grande
Su obsesión por los perros acabó llevándole a tener su propio perro. Pero a Tom le tocó un perro enorme en lugar del cachorro que la gente suele regalarle a su hijo. Su abuela ya no podía cuidar de su Terranova, así que tras semanas de súplicas, convenció a sus padres para que se lo quitaran de las manos. Aunque era un perro precioso, los padres de Tom no estaban seguros de si encajaría en su hogar.
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