Mascota familiar
Pero sus preocupaciones y dudas pronto se desvanecerían. En cuanto la perra entró en su casa, fue como si siempre hubiera estado allí. La perra era enorme e inmensa, pero estaba llena de puro amor y alegría. Tom y ella no tardaron en hacerse mejores amigos. Los dos se pasaban horas juntos jugando. Parecía que Lucy, como se llamaba la perra, era el perro perfecto para Tom.
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