Ir a la dirección
Pero, sobre todo, quería estar allí para su madre. Levantó la vista de su café cuando se detuvo un coche. Juntos se dirigieron al 108 de Clarkmadow Avenue, la dirección que estaba inscrita en la llave. El trayecto transcurrió en silencio, con el motor del coche tarareando una melodía que reflejaba la tensión que había entre ellas. Finalmente, se detuvieron frente a una casa antigua y modesta.
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