Nunca dejó de amar
Entonces Emily corrió hacia él, rodeando con sus brazos al hombre que apenas recordaba pero que siempre había anhelado. Martha se unió a ellos, los tres de pie en el umbral de la puerta, envueltos en un abrazo que abarcaba años de separación y añoranza. Fue un momento de comprensión, de perdón, de amor. Charles se había marchado, pero nunca había dejado de amarlas.
Page 37 of 40