Casa vacía
Y como los chicos estaban de viaje, esta madre podía disfrutar de su libertad. Podía hacer lo que le diera la gana durante una semana. Era sólo el primer día que se iban y ya lo estaba disfrutando al máximo. Qué sensación tan maravillosa era despertarse y no tener que hacer nada. A Mia le recordaba a sus días en la universidad.
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