Día tranquilo
Tal vez pediría un buen desayuno y vería Netflix todo el día, simplemente no importaba. Pero, por desgracia, esta libertad no duraría mucho. Además, la casa estaba maravillosamente silenciosa y tranquila. “Quizá me eche una siestecita antes de comer”, pensó la mujer feliz y somnolienta. Se dio la vuelta y volvió a cerrar los ojos. Pero un minuto después, la despertó un ruido extraño.
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