Noche inquieta
Intentó convencerse de que sólo estaba cansado, de que la adrenalina de la entrevista le había dejado alterado. Sin embargo, la sensación de malestar se aferraba a él como una segunda piel. Pasó una noche inquieta, con sueños llenos de ruidos extraños y sombras acechantes. Por la mañana se encontró con los ojos desorbitados y tenso. Se levantó de la cama, con la mente privada de sueño en estado de alerta.
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