Mirando a la muerte
El león estaba a menos de medio metro de él y su poderoso cuerpo le llenaba la vista. Podía ver los dientes gigantes del león mientras abría la boca. La sangre de Douglas se convirtió en hielo. Llegó el momento. Era el fin. Su temeraria aventura le había conducido a este precario momento, frente a las fauces de la muerte. Su corazón se sintió oprimido por el arrepentimiento y la aceptación.
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