Primera victoria
El grupo trabajó sin descanso, limpiando el arroyo y eliminando cualquier rastro de los organismos tóxicos. Y con mucho esfuerzo vieron desaparecer ameba tras ameba. Mientras trabajaban, se dieron cuenta de que el agua se volvía más clara y las plantas del arroyo empezaron a revivir al instante. Sin embargo, su victoria duró poco. Porque esto sólo resolvió su problema inmediato.
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