Dudas y perseverancia
La promesa de aventura añadía combustible a su excitación. La niebla matinal les envolvió mientras se adentraban en el laberíntico pantano. La visibilidad era escasa, pero no se dejaron intimidar. Pasaron las horas, acompañados únicamente por algún que otro pez saltarín o por el aleteo de los pájaros que surcaban el pantano. A medida que el sol se abría paso, continuaban navegando.
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