Asumir la responsabilidad
Los chicos sabían que no estaban simplemente en una aventura. Una de las aves más inteligentes del mundo les había encomendado una misión, una madre que suplicaba por la seguridad de su familia. Bryan y Alex se miraron el uno al otro, y su determinación se afianzó. Empezaron el día con la esperanza de vivir una aventura y, a cambio, recibieron una responsabilidad que estaban dispuestos a asumir.
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