Rebotando de emoción
Los ojos de Kevin brillaban de asombro al ver nadar a las grandes y gráciles orcas. Su emocionado comentario resonaba por todo el estadio mientras rebotaba en su asiento. De repente, el ensayo se detuvo y Lars le hizo señas a Kevin. “Ven aquí”, le dijo, con una cálida sonrisa en la cara. Kevin dejó de moverse del susto. No esperaba que Lars le pidiera que se uniera tan pronto. Miró a sus padres, que asintieron vacilantes.
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