Más que un espectáculo
Todos los nervios de Kevin desaparecieron cuando Dalia se acercó a él. Se concentró por completo en el animal y se olvidó del público y de las cámaras. Juntos comenzaron su actuación, moviéndose en perfecta armonía. Cada truco, cada salto, le parecían sin esfuerzo. A veces, podía oír de fondo los vítores apagados del público. Los visitantes disfrutaron de algo más que un espectáculo. Era como ver a dos mejores amigos divirtiéndose juntos.
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