Paseando
Saludaba desde su cochecito a todos los animales con los que se cruzaba y tenía una amplia sonrisa en la cara. Mandy era una niña fácil, pues a pesar de su entusiasmo, permanecía relajada en su cochecito. Conner y Andrea vieron a otros padres corriendo detrás de niños llorosos y pensaron: “Menos mal que nuestra hija no es así” Pero esto cambió al instante cuando llegaron al recinto de los tigres.
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