Noche de vigilancia
Fueron horas largas y agotadoras, y Lindsey estuvo a punto de dormirse en varias ocasiones. Pero el cansancio abandonó rápidamente su cuerpo cuando el silencio del museo se vio roto por sonidos suaves y sigilosos. Su corazón se aceleró mientras susurraba a través del walkie-talkie: “Viene alguien” Mirando a través de la oscuridad, vio que una figura sombría se acercaba y cogía algunos de los objetos. Era el momento que estaban esperando
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