Una madre vende el cochecito de su hija — Un día después, el comprador llama a la policía

Inesperado

Vio que el animalito miraba a su alrededor con curiosidad y poco después siguió a Mindy y su cochecito: “Ese perro debe de querer jugar”. Algo extraño para un animal de la calle”, pensó Mindy. Probablemente, si seguía caminando despacio sin hacer nada especial, el perro se daría la vuelta de nuevo y se centraría en la papelera volcada. Pero no fue eso lo que ocurrió.