Una peluquera corta el pelo a un hombre, pero descubre algo oculto en su cabello

Habitación normal

La habitación parecía normal y el recepcionista no podía ser el culpable. Antes sería un santo que un hombre con intenciones criminales. No, tenía que ser otra persona. Decidió pensar en voz alta para que sus palabras llegaran también a los agentes, que esperaban impacientes a unos 100 metros de distancia. “¿Quién más tiene acceso a esta habitación?