Un anciano vende su coche — ¡Pero se ha dejado algo muy valioso!

Modelos menores

Algunos eran joyas raras que había restaurado con esmero, con sus cromados brillando a la luz del sol y sus motores ronroneando como gatos satisfechos. Otros eran modelos menores, no tan llamativos ni valiosos, pero no por ello menos preciados para Henry. Eran sus proyectos, sus sueños y sus sinfonías inacabadas. Y luego estaba aquel. Escondido en el rincón más oscuro del cobertizo, en el límite de su propiedad.