La mirada depredadora
Incluso Kofi, que había visto muchas bestias grandes en su vida, se quedó sorprendido. Pero no había tiempo para el asombro: estaban en peligro. El jeep aún estaba a bastante distancia, y entre ellos y la seguridad había un cocodrilo monstruoso que parecía no haber comido en mucho tiempo. “De vuelta al jeep. Despacio. No corras”, susurró Kofi, sin apartar los ojos del cocodrilo.
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