La sacudida del impacto
Podían oír fuera los rugidos furiosos del cocodrilo. Pero ahora estaban a salvo, dentro del vehículo, con la respiración agitada y el corazón acelerado. John no perdió el tiempo, puso el jeep en marcha y se alejó de la furiosa criatura. Dejaron atrás una nube de polvo y la visión del enorme cocodrilo que se alejaba en la distancia. Se alejaron en silencio.
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