Investigaciones decididas
Empezó a observar el sonido más de cerca, intentando localizar su origen. Todas las tardes daba la vuelta a la manzana con el coche, dando tantas vueltas como podía. Conducía en círculos, girando una y otra vez a la derecha, luego a la izquierda, una y otra vez. Su inusual comportamiento no pasaba desapercibido. Los vecinos enarcaban las cejas, miraban a través de las cortinas y negaban con la cabeza.
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