Se ha ido
“Olvidé… cerrar bien la valla. Se… se ha ido, papá” Edward sintió que se le helaba la sangre en las venas. Si Epona se había ido de verdad, sabía que eso destrozaría el mundo de su pequeña. Epona no era sólo un caballo. Epona era el corazón y el alma de Isabella, su amiga, su confidente. Pensar en el dolor que sufría su pequeña era insoportable. Tenía que hacer algo…
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