Mente acelerada
Cuando subió al coche, Elizabeth se tomó un momento para recuperar el aliento e intentó contener las lágrimas. Miró hacia la casa de su madre y la vio de pie en la puerta. Su madre la saludó con la mano y metió a los tres bebés en el cochecito grande. Elizabeth dejó escapar un suspiro y se puso en camino. En cuanto lo hizo, su mente volvió a acelerarse. ¿Qué iba a pasar?
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