Registro
Elizabeth entró en el hospital y sintió que una mezcla de nervios y frustración se apoderaba de su cuerpo al ver la cola de gente que había delante de la recepción. Esperó, cada vez más nerviosa, mirando el reloj. Cada minuto se hacía eterno y la fila de gente no parecía moverse en absoluto. El corazón le latía con fuerza. Después de una eternidad, por fin llegó a la recepción.
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