La explicación
Cuando Elizabeth entró en la consulta, el médico parecía aliviado. Se levantó de la mesa e hizo un gesto hacia la silla de enfrente. “Elizabeth, por favor, siéntate”, le dijo. Su voz seguía teniendo ese tono severo, pero con un toque amable. Como si intentara tranquilizarla, cosa que no estaba funcionando muy bien. Como él le había pedido, Elizabeth se sentó, más nerviosa que antes. Sabía que había llegado el momento de las respuestas.
Page 21 of 60