Aire fresco
Elizabeth y la pareja compartieron los datos de contacto y ella prometió mantenerlos informados. Cuando por fin salió del hospital y respiró aire fresco, Elizabeth respiró hondo y con calma. Sacó el teléfono del bolsillo con manos temblorosas y empezó a buscar. No podía guardarse la noticia para sí misma. Tenía que hablar con alguien. Necesitaba el apoyo de su madre. Cuando su madre por fin descolgó, Elizabeth se derrumbó.
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