A salvo pero lejos de terminar
Mark podía sentir cómo el corazón le latía con fuerza en el pecho mientras corría con su hijo por los pasillos del hospital. “Esto es horrible”, pensó. Pero cuando llegó a la habitación donde descansaba su esposa, su adrenalina volvió a bajar. Su hija dormía la siesta sobre el pecho de su mujer. Por desgracia para ellos, esta pesadilla estaba lejos de terminar.
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