Perdido por un momento
A una velocidad récord, Calvin llegó a la puerta de su casa. Tardó un rato en calmarse, pero cuando por fin lo hizo, se sentó en el porche. “Esto no es normal. ¿Aún puedo vender esta casa?” Calvin se perdió por un momento. “Tengo que llamar a los antiguos propietarios”, pensó entonces.
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