El arrepentimiento crece
¿A qué le estaban arrastrando? ¿Le estaban obligando a hacer algo criminal? Eso parecía. Mirando el montón de dinero y los cuatro ladrillos dorados a su lado, empezó a arrepentirse cada vez más de haber aceptado aquel trato. No merece la pena ir a la cárcel por tener un coche barato.
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