¡Arriba las manos!
Sabía que tenía que pedir refuerzos, pero cuando lo hizo esta mañana, llegaron demasiado tarde. No, este caso lo tenía que resolver él. Y esta vez no iba a andarse con chiquitas. Golpeó la ventanilla del coche con la mano y dijo: “¡Policía! Salgan con las manos en alto”
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