Abrir la puerta
Se quedaron boquiabiertos en cuanto abrieron la puerta. Debajo había una cámara subterránea llena de cofres; esos cofres estaban llenos de todo tipo de joyas y monedas antiguas. “¡Esto debe de ser una fortuna!” Exclamó Ethel. Tardaron un poco, pero consiguieron meterlo todo en el coche y se marcharon.
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