Cambio de suerte
Pero Debbie negó con la cabeza de mala gana. “Lo siento, cariño. De momento no recibo nada” Sin embargo, siguió intentándolo, con la esperanza de que su suerte cambiara. Y de repente, cambió. No porque Debbie recibiera una señal, sino porque uno de los niños vio algo entre los árboles.
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