Rocas sueltas
Para llegar realmente a la fuente de los gritos, Carl tenía que subir por la montaña al menos 30 metros. El camino por el que iba le llevaría hasta allí. Subía en zigzag por la ladera de la montaña, pero el camino era traicionero. Cada pocos minutos caían rocas sueltas mientras él trepaba por la escarpada pared.
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