Sin saberlo
Tras esa visita más corta de lo esperado al veterano centro de pruebas, las dos amigas dieron media vuelta y se dirigieron a casa. Allí podría comenzar la espera de 14 días. Mientras tanto, siguieron con sus vidas cotidianas. Lucas jugaba al ajedrez y Marcin se sumergió de nuevo en un proyecto automovilístico, completamente ajeno a las extrañas noticias que se estaban produciendo en el laboratorio de ADN.
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