Reticente
Aunque al señor Díaz le alegró que a Christie le gustara el discurso, no estaba seguro de aceptar su ayuda. No era para nada para lo que había venido a la boda. Se alegró mucho cuando vio una cara conocida y se alegró por Christie. Pero pronto se dio cuenta de que “no” no era una respuesta a su pregunta.
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