Extraño
Sus manos se encontraron con una larga y fría barra de metal, y la agarró. Era una palanca, con la que podría abrir el ataúd. Lo abrió rápidamente, pero se quedó de piedra cuando miró dentro. El ataúd estaba completamente vacío. Quiso reprender a la mujer con preguntas, pero no pudo. Se quedó sin palabras.
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