Gritando
Cuando entraron en la guardería, Stephanie empezó a gritar el nombre de su hija. “¡Lizzie! ¿Dónde estás?” No hubo respuesta, y una sensación ominosa creció dentro del cuerpo de Ben. De repente, una niña rubia salió disparada hacia ella. Stephanie cayó de rodillas y abrazó a su hija. Se sintió aliviada, pero Ben le dijo que aún no estaban a salvo.
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